sábado, 5 de diciembre de 2015

A propósito del 6 de diciembre.

Queridísimos hermanos y hermanas,

            En esta grave y preciada hora, quizás la más ambigua y llena de esperanza de los últimos años, envío a todos este mensaje lleno de fe, esperanza y la rebeldía que van unidas a la juventud, siempre llena de ideales, y también a un tiempo de beligerancia política y de creatividad para luchar contra el orden establecido.   

Mañana todos iremos a las urnas a decidir el futuro de Venezuela, millones de ciudadanos, legalmente capacitados para decidir el futuro de la República, darán una orden Ejecutiva clara y concisa en la que NADIE tiene derecho a interferir.

            Nuestro país, el de todos nosotros, ha sido vejado y diezmado a placer y voluntad de hombres que solo han deseado poder por mor del poder y llenarse de riquezas a costa del sudor y el esfuerzo del ciudadano venezolano. Esto damas y caballeros es lo que realmente ha hecho el dogma comunista con el mundo, enfrentar a países enteros, padres e hijos, vecinos, amigos, compatriotas, hermanos. Su poder ha nacido del sentimiento humano más fácil de explotar y hacer surgir, el más básico odio y resentimiento hacia un enemigo que nunca existió sino solo en las desequilibradas cabezas de aquellos que se creen omnipotentes y se creen que están por sobre todas las cosas; pero así como nace del sentimiento más egoísta y repugnante puede ser obliterado por el sentimiento más virtuoso: el amor, y no solo por el amor, puede ser destruido por el simple uso de la razón humana, la razón que nos fue dada hace tantos siglos, la que nos convierte en seres humanos y la que ellos han querido hacer desaparecer volviéndonos ignorantes y brutos.

            Venezolanos, mañana no solo debemos usar el corazón y sentir la muerte de nuestros hermanos, no solo debemos concentrarnos en nuestras necesidades básicas, no usemos de nuevo los sentimientos para tomar una decisión que nos involucra a todos por igual, todos somos hijos de la misma tierra pero todos le hemos fallado, hemos sucumbido en el odio y el temor. Este 6 de diciembre no solo tenemos un derecho, tenemos un deber, el deber de ser inteligentes, de ser pacíficos, pero también de ser valientes.

            Mucho se ha hablado de guerra y revolución por parte de las bestias rojas que detentan en sus garras el destino de 30 millones de almas. Esta revolución nunca fue tal cosa, simplemente una secuela desdichada y desgraciada de 40 años de Puntofijismo y caudillismo que debemos extraer de nuestro sistema.

            Se llenan la boca predicando una falsa doctrina basada en la ley del más vivo. Que mejor fórmula para el desastre que emplear una doctrina que pide como prerrequisito la viveza criolla. Lo curioso es que el mismo Karl Marx odiaba a nuestro Libertador.

            Pueblo de Venezuela, ellos no nos representan y nunca lo han hecho. Nuestra República fue fundada bajo las ideas más puras de nuestros Próceres. Una República LIBRE, INDEPENDIENTE, DEMOCRATICA y FEDERALISTA. Estos falsos profetas promueven y predican un dogma que es completamente opuesta al verdadero espíritu del ser venezolano y aún más, del ser humano, que desde siempre ha buscado que al fin se cumpla la ley de la alternabilidad del poder y siempre ha buscado coincidir con el pensamiento republicano más fundamental emitido por nuestro libertador: Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía

            En este día no solo estamos llamados a cambiar la historia de Venezuela, estamos llamados a tomar conciencia de las lecciones de la historia, estamos llamados a defender la voluntad de la ciudadanía. Estamos llamados a ser vigilantes permanentes de la integridad de nuestra nación. Estamos llamados a reflexionar y darnos cuenta de que no iremos a votar para cambiar unos amos por otros. El pueblo de Venezuela que expulsó al que fuera el imperio más grande del mundo, el que avivó la llama de la Libertad en los pueblos oprimidos de América, que derrocó una dictadura y que además puso en evidencia que solo unidos se puede hacer enjuiciar a un Presidente por corrupto es el que tiene que ir a votar mañana. No es calle o voto, es calle y voto.

            Quizás llegue el día en que nos demos la espalda y rechacemos todo lazo de hermandad, quizás llegue el día en que nos tiremos al abandonos y marchemos hacia la oscuridad sin poner objeción alguna, pero este no es ese día. Somos los amos de nuestro destino no los políticos, somos amos de nuestra Libertad no los políticos. Hagamos enorgullecer a nuestros hijos, de la destrucción roja elevemos nuestro país, hagamos historia. Derrotemos al enemigo. Solo unidos rescataremos el verdadero valor y el potencial que tiene nuestro país. Defendamos la voluntad de nuestra ciudadanía. En este día glorioso no nos puede dominar el miedo: el terror es su arma, en este día tenemos que luchar contra el enemigo histórico que corrompe y retuerce todo y a todos. Solo nuestra unidad acabará con la época más nefasta de nuestra memoria.

            Esto no es campaña a favor de la MUD, como bien saben los que me conocen (y los que no, entérense) yo no sirvo a ningún bando, sirvo a la República y lamentándolo mucho solo ellos tienen ahora la capacidad de corregir el rumbo, de no hacerlo también se enfrentaran a las consecuencias y a la justicia a la que eventualmente se enfrentarán las bestias rojas por todo el daño que causaron.

            Por poder comer Nutella, por poder rumbear, por poder estudiar, por poder crear, por poder hablar sin miedo, por poder caminar en la calle, por poder viajar, por poder ver nuevas cosas, por poder enriquecer de conocimiento, arte, literatura y ciencias nuestro país, por ser lo que todos soñamos y llevamos por dentro, por todo esto defendamos nuestro país, sin él no seríamos nada.

            Somos nosotros los hijos de Venezuela.

Viva la República
Viva la Democracia
Viva la Libertad

Dios y Federación.

Caracas, 05 de diciembre de 2015


(Si alguna frase le suena familiar sabrán disculparme pero el medio por el que fueron reproducidas y conocidas no les quita veracidad ni fuerza)