domingo, 25 de octubre de 2015

Selva Negra, Alemania. 1 de marzo de 2013.
                        Príamo y Diana se encontraban marchando con todo un contingente de tropas de la Federación en medio del frío y la humedad de la Selva Negra escoltados por el Señor de Galia y el Señor de Italia. Con ellos iban un comando de caballería y tanques de asalto especiales diseñados por las fábricas de Schwarz. La expedición fue enviada a negociar una vez más con los señores Elfos que habitan en los bosques de Europa y se resistían a prestar colaboración a las Doce Familias. Este era el último intento, de lo contrario ambos bandos se encontrarían en guerra.

            Montados a caballo cruzaban el brumoso bosque, lleno de criaturas y animales salvajes pero ninguno los notaba, tenían completo dominio sobre ellas y las tropas marchaban imperturbables. Una tormenta amenazaba y un rayo rompió el incómodo silencio seguido por un comentario del General Strauss:- Parece que nos estamos acercando Monsieur De Valois, un rayo no cae en medio de estos bosques sin motivo alguno.

            Príamo y Diana voltearon a ver a Monsieur De Valois que sonreía maliciosamente mientras observaba el cielo y contemplaba la brisa susurrando entre los enormes secoyas y después de entrar en un breve trance habló con su marcado acento. –Nos estamos acercando al reino de los Elfos mon Général. Ellos sabían que veníamos desde mucho antes que consideráramos venir por última vez, solo ellos están al tanto de lo que va a suceder. Y les recomiendo a todos que olviden sus títulos y quiénes son. Los Señores Elfos han visto más inviernos que todos nosotros juntos.

            Entonces Diana y Príamo se miraron consternados, a qué clase de criaturas se iban a enfrentar en cualquier momento si el Señor de Galia estaba demostrando aquel nivel de humildad. Príamo se adelantó y se puso al nivel del Señor de Italia que seguía en silencio con una sonrisa y le hizo una sola pregunta. -¿Cómo…? –Y entonces el Señor de Italia lo interrumpió.


-No todos saben que Monsieur De Valois creció en la profundidad de la Selva Negra. Durante décadas fue entrenado y criado como un tributo de las Doce Familias a los Señores Elfos como muestra de nuestro compromiso y lealtad mutua. De Valois ha visto lo suficiente en estos reinos y ha sufrido lo suficiente como para ganarse el derecho de ser como es. No es para menos. De nosotros es el único que tiene la confianza completa del Rey y eso es mucho decir. –Dijo y luego con cara de suficiencia siguió por si quedaba alguna duda al ver la admiración y la sorpresa llenando a Príamo. –Espero que eso aplaque tu insana curiosidad joven Príamo, ser un Gran Elegido no te salvará en el reino de los Elfos. Nadie puede con ellos.

          Príamo se retiró y siguió junto a Diana. Todos siguieron cabalgando, el eco de las botas, el rechinido de los tanques y equipos blindados y los cascos de los caballos resonaban en lo profundo del espeso bosque prolongándose a la distancia.

            Eran alrededor de las 5 de la tarde y la tormenta arreciaba cuando se empezó a meter el sol y el señor De Valois detuvo la cabalgata y el sonido incesante se detuvo en seco. Entonces el general Strauss se dirigió a él. – ¿Ocurre algo Monsieur? –Y el señor De Valois le respondió –Estamos llegando al límite de los dominios del reino de los Elfos mon Général. Descansaremos aquí, que desplieguen el campamento. Envíe a los mayordomos a levantar la tienda de la Señoría.

            Al terminar bajó de su caballo y se fue a pie a partir de donde estaban haciendo uso de la invisibilidad. El Señor de Italia, Diana y Príamo bajaron del caballo, dejaron sus armas y ayudaron a los mayordomos con las tiendas de campaña.

            En una hora el campamento ya estaba levantado y la luna se elevaba sobre ellos iluminando la oscuridad acompañada de las hogueras. Aquello era algo que en pleno siglo XXI era virtualmente imposible. Era un ejército invasor.

            Después de un rato Monsieur De Valois regresó y entró a la tienda de la Señoría donde estaban sentados cenando cerdo y cerveza los generales acompañados de Príamo y Diana. Al darse cuenta de la ausencia del Señor de Italia hizo la pregunta de rigor.
-Strauss, se puede saber dónde está Médici.

-Está en la sala de operaciones, Monsieur. Recibió una conexión urgente de Buenos Aires y tenía que informar al Alto Mando. La Federación se ha refugiado en la Argentina mientras Lady Victoria solventa la situación en Caracas.

-Merd… -Dijo De Valois y salió corriendo hacia la tienda de operaciones.

            Al llegar entró directo hacia la estancia y contempló la imagen holográfica de los 5 miembros activos de la Federación reunidos conversando con Médici-Cavalcanti y uno de ellos se dirigió a De Valois.

-Monsieur François De Valois-Orleans –Tuvimos que imaginar que todo esto fue su idea. Esos Elfos nos abandonaron hace mucho tiempo. Su lealtad está con el Mal ahora.

-Estoy consciente de ello señor Presidente pero en vista de que ninguno de ustedes ha tenido contacto con ellos ni es miembro de las Doce Familias me tomaré la libertad de no prestar más atención a sus órdenes en cuanto a estos Elfos se refiere. Que tengan una feliz noche…día…lo que sea. Au revoir. –Dijo De Valois a la vez que presionaba un botón en el panel de control para cerrar la conexión. Luego golpeó su bastón contra el piso e hizo que todo en la sala de operaciones se apagara por completo dejando escuchar solo el ruido de las tropas afuera. Y luego se dirigió a todos los presentes –Déjenme solo con Messere Médici-Cavalcanti.

            De inmediato todos dejaron la escena y ellos dos quedaron solos, alumbrados por las antorchas en la sala de hologramas. Al salir el último de la tienda, De Valois estalló en un estruendo contra Médici. 

-¡¿ESTAS DEMENTE?! Es Elfes interdisent l’utilisation de la technologie humaine dans leurs domaines, vous les appelez á notre position, ils savent que nous sommes ici!1

-Comment osez-vous!2 –Replicó Médici –Les Elfes sais que nous sommes ici bien avant nous pensé á venir.3

-Lairement ils savaient, idiot! Mais maintenant nous ne sommes plus une ambassade de paix, grâce a la Fédération nouns devenons une armé d’invasion!4

            Médici quedó estupefacto antes semejante revelación que no se esperaba y sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo. Gracias a su descuido ahora eran enemigos abiertos de los Elfos, si algo sabían los Doce era que nunca tenían que violar las leyes de esas criaturas y menos en sus dominios. De Valois tenía la mirada desencajada y empezó a sudar frío cuando de repente sintió aquella brisa fría y el silencio se hizo en todo el bosque, ya no escuchaban nada.
-Mierda –Dijo De Valois.


1: ¡Los Elfos prohíben el uso de la tecnología humana en sus dominios, le ha indicado nuestra posición, ahora saben que estamos aquí!
2: ¡¿Cómo se atreve!?
3: Los Elfos sabían que estaríamos aquí mucho antes de lo que pensáramos venir.
4: ¡Claro que lo sabían, idiota! Pero ahora ya no somos una embajada de paz, ¡gracias a las ansias de dominio de La Federación nos hemos convertido en una ejercito invasor!

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